Vivimos en una sociedad machista y discriminatoria, y los medios de comunicación y la publicidad son fundamentales en la construcción y transmisión de esta discriminación, porque crean y potencian etiquetas de género, muestran imágenes de mujeres subordinadas a los hombres, con unos estándares de belleza poco realistas, y utilizan sus cuerpos como objetos sexuales que representan e incitan las violencias machistas.
Como las multinacionales automovilísticas han decidido promocionarse vía machismo para dirigirse a la población masculina, el sector del automóvil se lleva la palma en la denigración de las mujeres: Wolkswagen, Renault y Alfa Romeo son buenos ejemplos, pero la publicidad de la marca alemana BMW bate todos los records; recordemos el anuncio de venta de vehículos usados con la frase de “tú sabes que no eres el primero”, y un primer plano de una mujer joven, guapa, con el cuerpo aparentemente desnudo y las manos acariciando su cuerpo. Se utilizan los estereotipos de una mujer joven, dócil, sexy, semi-virginal y sumisa, como reclamo publicitario, un estímulo casposo a la masculinidad, sin ninguna relación con el producto, y con un texto altamente ofensivo para las mujeres, que son cosificadas y sometidas al deseo masculino; nosotras no tenemos deseo, da igual si somos las primeras o las últimas usuarias.
Pero el último anuncio de BMW da un paso más y elimina a las mujeres del mundo; afirma literalmente que “una familia feliz necesita un padre feliz”, con la imagen de una pareja con dos hijas y un hijo en un arroyo, delante del coche publicitado. Además de la ligereza de equiparar la felicidad con la compra de un vehículo, es un anuncio infamante para las mujeres, preteridas y borradas de la faz de la tierra. No nos dicen si una familia feliz necesita una madre feliz, parece que la felicidad de la madre no cuenta para las niñas y el niño, sino solo la del padre. Denigrante para todos los componentes de la unidad familiar.
Soy una mujer, me gustan los coches, me gusta conducir, y tengo un BMW, no estoy segura si esto redunda en mi felicidad, más bien creo que no. He decidido venderme el coche, no resisto estar asociada con esta marca misógina, pero me pregunto cómo lo haré para encontrar una marca de vehículos que no utilice publicidad machista y que sea sostenible desde la perspectiva de género. Se aceptan sugerencias.